Una ventana abierta a la Psicología del cambio interior desde la mirada de la terapia Gestalt

Archivo para enero, 2013

Porqué nos cuesta tanto aceptar una pérdida

La vida de toda persona está inevitablemente unida a las pérdidas. Separaciones que nos avisan consciente o inconscientemente que las relaciones con los demás no son eternas. Las pequeñas o grandes pérdidas que vivimos, no solamente nos recuerdan lo provisional de los vínculos ,si no que, poco a poco, nos van preparando para el gran y definitivo adiós que tendremos que dar a algunos. Esta realidad nos puede angustiar o deprimir pero lo que es fijo es que no lo podremos evitar, la muerte es el único hecho al cual estamos seguros que deberemos responder en algún momento. Sin embargo, la mayoría de las personas fracasamos de alguna manera en el proceso de despedirnos. Estamos agarrados a nuestro pasado,  y soltarlo nos produce vértigo, dolor, vacío…A la reacción de resistirse a decir adiós se le llama “agarrarse” y se presenta sobre todo ante la pérdida de personas significativas. La respuesta ante la pérdida de una persona querida, constituye un periodo bastante largo de pena y dolor, seguido por un renacer del interés de las personas y la vida en general. Ese “agarrarse” tiene el fin de bloquear las emociones tan desbordantes que se dan ante la pérdida con el fin de mantener  a la persona querida en la fantasía.

Una de las causas por las que nos aferramos es por la gran cantidad de asuntos incompletos que hubo antes de que la persona falleciera. Y al decir asunto incompleto me refiero a aquellas cosas que quedaron pendientes entre las dos personas: un perdón por una disputa, la expresión de un sentimiento, un secreto jamás contado, frustraciones, culpas, amor no expresado…Por este motivo una de las sensaciones más comunes cuando alguien muere son los remordimientos: ojalá le hubiera dicho, ojalá hubiera hecho…todos esos ojalá quedan ahí como culpabilidad o remordimientos.

Otra de las causas surge cuando nos aferramos a algo porque con ello obtenemos una ganancia secundaria que, aun a pesar de nuestro dolor, llega a compensarnos. Cuando el presente no nos gusta, o nos sentimos incapaces de comprometernos con otras personas… puede que aliviemos nuestro sentimiento de soledad pensando en relaciones pasadas.

Otra de las razones por la que cuesta tanto despedirse es la falta de disposición a sentir el dolor cuando se sueltan amarras. Un dolor inevitable y a la vez necesario para la superación del duelo. Sin embargo esto nos da mucho miedo y ,tan pronto como las personas empiezan a sentirse angustiadas toman tranquilizantes, pastillas para dormir, se refugian en las drogas o en el alcohol, todo con el único afán de  anestesiar la emociones que no nos gustan y no sentir.

Finalmente hay muchas personas que evitan despedirse, lo hacen porque sienten que dejar ir es una traición hacía la persona que han perdido y hacia ellos mismos, es como si no quisieran lo suficiente al que se ha ido.

La influencia de los padres en nuestra vida

 

      Los juicios o valoraciones que hacen los padres sobre el niño, éste tiende a captarlos como claves de interpretación a través de los cuales se ve a sí mismo e interpreta la realidad: bueno – malo, listo – tonto, guapo – feo, agradable – desagradable. Los padres a través de esas exigencias-mandatos, consciente o inconscientemente, indican al niño cómo debe de “ser” o cómo debe de “comportarse” si quiere que lo acepten, lo cuiden o le reconozcan.

    Las exigencias parentales son las ideas-fuerza que dirigen y enmarcan el autoconcepto; son “mandatos” secretos que los padres introducen en el programa del niño, sin que él sea consciente de ello. El mandato «sé perfecto «es el más universal y hay que trabajarlo toda la vida. Nunca está todo perfecto, es buscar un imposible. Ser perfecto significa, no sientas, no tengas necesidades… Las personas con este mandato se esfuerzan toda la vida desmesuradamente en todo, la ventaja que obtienen es que generan muchas herramientas personales.

     Los padres son una figura insustituible en la educación de los hijos, por varios factores:

    Porque para su equilibrio psíquico, emocional y sexual necesitan identificarse con los padres, con ambos padre y madre, ya que constituyen un modelo y un referente. Es por ello que el padre no se puede convertir en el gran ausente en la vida de sus hijos delegando todo la responsabilidad de la educación en la madre y solo apareciendo en momentos en los que se sientan queridos y reconocidos por ellos. Los hijos necesitan menos juguetes y menos regalos y más presencia de sus padres. No puede tampoco escudarse los padres pensando que sus hijos reciben la educación en el colegio, pues para eso esta. Pensar así es estar equivocados ya que las figuras más importantes para los niños son los padres pues son los que los van a cuidar y a los que van a imitar, por ello todos los padres deben estar atentos a cualquier cosa que trasmitan, porque los niños son espejos de sus padres y si ellos fallan los niños lo mostrarán.

    Porque son agentes socializantes, es decir son el modelo con el que los hijos aprenderán a manejarse por la vida,  sobre todo en los primeros años la familia viene a ser el primer agente, esta etapa durará hasta el comienzo de la adolescencia donde el primer agente lo constituye la peña de amigos, mas tarde será la sociedad ;pero si el primer factor, la familia, falla esto determinará la influencia que pueda tener la sociedad en la vida de la persona, porque es en esta etapa donde el niño empieza a constituir su personalidad y a generar recursos para afrontar la vida. Los auténticos maestros del niño son sus padres y esta tarea no se puede delegar en nadie.

La utilidad de la fantasía en el trabajo con el inconsciente

Las fantasías al contrario de los sueños aparecen de una manera consciente, ya que surgen durante la vigilia, es lo que conocemos como soñar despiertos. A pesar de su naturaleza consciente ninguna fantasía puede ser comprendida en su totalidad, pero lo que si está claro es que cuando estas nacen de uno, no pueden tener el objetivo de dañarnos.

Con la fantasía compensamos el trabajo de la vigilia, los sueños complementan y hablan de las cosas que la actividad humana deja fuera de su control y la fantasía es una forma de dejar volar la imaginación sin el propósito de que lo fantaseado se haga realidad siempre. Es el lugar donde podemos ensayar y ver que pasa.

Así que seguir soñando, fantaseando, imaginado y creando historias por que a través de ellas podréis seguir creciendo y descubriendo más de vosotros mismos.

Los cuentos en la psicología

CUENTOS. Los cuentos, al igual que los sueños, nos enseñan aspectos de nosotros mismos que no logramos ver de forma consciente, por esa razón se emplean de la misma manera que los sueños. Los cuentos pueden ser escritos por nosotros o pueden usarse cuentos populares ya inventados, pero en este caso deben significar algo importante para la persona. El cuento habla de nuestra forma de ser y estar en el mundo, de nuestro guión de vida, de nuestros miedos…

Para elaborar el cuento inventado existen diversos elementos básicos: un título que se puede escribir al principio o al final, una presentación, desarrollo y finalización. Una vez el cuento está escrito no se discute ni modifica porque ya está escrito y no le pertenece a la persona.

El trabajo con cuentos en si mismo se realiza de la misma forma que en los sueños. El primer paso consiste en narrarlo , y a pesar de que no se haya escrito en ese tiempo, se lee en voz alta en presente y en primera persona. Una vez leído hacemos la siguiente pregunta ¿ qué me dice de mi ?y la persona empieza a explorar en los aspectos que te resuenan. Otra forma es hacer el camino inverso, entonces se presenta el cuento al revés desde el final hacía el principio con el fin de ver lo que ha ocurrido para llegar a esa situación última, puedes comenzar con la frase: “para estar así, hizo falta que…”.

 

Psicología positiva

imageEpicteto hace 19 siglos enseñó a los romanos lo siguiente: “No hay más que un camino que conduce a la felicidad y consiste en dejar de preocuparse por las cosas que se encuentran más allá de nuestro control”

Existen múltiples “cosas” que ocupan nuestro pensamiento, que nos preocupan a lo largo y ancho del día. Las preocupaciones suelen estar centradas sobre el pasado (lo que hice, hicieron, o dejaron de hacer) o sobre el futuro (“Y si…..”) ambos escapan a nuestro control, el pasado porque ya no se puede cambiar y el futuro porque no sabemos cómo vendrá. Y esto nos distrae del presente que, al fin y al cabo, es lo único que tenemos. Este darle vueltas a la cabe  nos puede llegar a hacer profundamente infelices y desaprovechar lo que en cada momento, cada persona, cada día nos ofrecen. Y también desaprovechar todo aquello que nosotros podemos ofrecer, esa gran riqueza que todos tenemos.

Es sumamente importante enseñar a las personas a vivir de forma más funcional, más adaptada a la realidad, más positiva, sabiendo aprovechar y disfrutar de sí mismas y de lo que les rodea. Y lo que hacemos para que las personas lleguen a estos objetivos es ayudarles a desarrollar tantas cosas positivas, tantos aspectos de sí mismas que, muchas veces, tienen sin descubrir. Todos tenemos capacidad para cambiar y evolucionar, para desarrollarnos y ser más felices. Lo que ocurre es que nadie nos ha enseñado, ni siquiera en la escuela cómo vivir de forma positiva. Epicteto decía: “No son las cosas mismas las que nos inquietan sino las opiniones que tenemos de ellas”. Ortega y Gasset decía: «las cosas son según el cristal con que se miren». Y lo que ocurre es que muchos cristales de muchas personas están sucios, y, entonces pensamos que son las cosas, la gente, la que está mal, y resulta que son mis gafas las que están sucias…

Porque hay que ver lo mucho que nos podemos fastidiar la vida a nosotros mismos sólo con nuestros pensamientos, sin hacer nada más, hasta el punto que yo me atrevería a decir que “la calidad de nuestros pensamientos determina la calidad de nuestras vidas”. Os sonarán frases como estas: “Estoy rendida pero no puedo relajarme porque aún tengo que fregar los cacharros de la comida”. “Tengo la sensación de que he perdido mi vida. Todo ha sido un desastre”, “Este hijo mío me lleva por la calle de la amargura, tú te crees que dedicarse a tocar la guitarra eléctrica”. Estos pensamientos nos hacen daño ¿verdad?, no nos dejan vivir en positivo. Lo que nos gustaría es no estar tan cansadas, que la vida hubiera sido mejor, que mi hijo haga lo que yo considero como más positivo para su vida, pero ¿cuántas de estas cosas están en nuestras manos? (preguntarles sobre ello) . Quizá lo más importante es saber distinguir aquello que depende de mí y aquello que no. Ante lo que no depende de mí tengo dos opciones: darme una y otra vez contra el mismo muro, o bien cambiar mi perspectiva de las cosas.

Para alcanzar la solución a estas cuestiones, yo propongo dos vías:

  • La psicoterapia, tanto individual como grupal
  • Los talleres o cursos 
Cita

Una corta historia

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A las puertas del cielo llegaron un día cuatro viajeras.

¿Quiénes sois vosotras?-Pregunto el guardián del cielo.

Yo soy la religión –dijo la primera.

Yo soy la juventud-contestó la segunda.

Yo soy la comprensión- la tercera.

Y yo la sabiduría-dijo la cuarta.

Identificaos!!, y entonces…

La religión se arrodilló y oró, la juventud se rió y cantó,

la comprensión se  sentó y escuchó, la inteligencia analizó y opinó

y la sabiduría…contó un cuento.

Los sueños en la Terapia Gestalt

cuentos
SUEÑOS
. Fue Freud quien comenzó el estudio de los sueños con su libro “La interpretación de los sueños” y años después desde otras orientaciones psicológicas han surgido nuevas propuestas de su estudio. Pero el interés por los sueños viene de lejos, a lo largo de la historia  los sueños se han considerado como algo mágico e incontrolable que lleva un mensaje enmascarado a través de imágenes. Al contar un sueño de alguna manera compartes tu alma con otros ya que el sueño en si contiene un mensaje existencial que define el “yo” de una persona.  Sabemos que nos hablan de una parte de nosotros, pero lo que mas nos ha costado es descifrar ese mensaje oculto.

          Los sueños son elaborados por una parte de nosotros que se escapa a la conciencia y el control, el inconsciente con el objetivo de ampliar nuestra conciencia. Por ello se parte de la metáfora de que siempre estamos dormidos y el darse cuenta es el despertar.

Es sabido que acto de dormir tiene una finalidad biológica  pero lo que ignoramos es que  a través de las ensoñaciones estamos contactando con esa parte oculta de nosotros mismos que nos alerta de que algo nos está pasando. El sueño lo fabricamos nosotros y tiene que ver con nuestro proceso en la vida .En el sueño lo que se busca es reintegrar lo que el inconsciente nos está señalado de forma consciente. Lo que mas nos cuesta es saber cómo poder entender nuestros sueños.

Lo que hay que tener muy claro es que desde mi propuesta los sueños no se interpretan, el trabajo con ellos es bien distinto. El sueño se trabaja con la finalidad de “darse cuenta”. Para ello lo mejor es narrarlos, puedes coger una libreta y escribir lo que has soñado, debes hacerlo lo mas pronto posible pues como sabéis el sueño a veces se esfuma muy rápido, por eso se recomienda tener este “ libro de sueños” junto a la cama.

El sueño lo debes describir en primera persona, aunque tu no seas el protagonista, y en presente, con el fin de no abstraerte, responsabilizarte y meterte de lleno en la historia. Una vez relatado, busca los elementos principales o más resonantes y piensa qué te dicen de ti o de tu vida. Lo más importante de este proceso es estar abierto y receptivo ya que nuestras propias resistencias pueden bloquear la toma de conciencia.

A lo largo de una noche una persona puede llegar a tener entre cuatro o cinco sueños, pero entonces ¿ Por qué hay personas que aseguran no soñar ?, a veces la propia resistencia a mirar en nuestro inconsciente es tan grande que se bloquean los medios, para estas personas los cuentos pueden ser una herramienta muy útil de trabajo.