Una ventana abierta a la Psicología del cambio interior desde la mirada de la terapia Gestalt

Qué es la Gestalt

La Psicología de la Gestalt es una corriente de la psicología moderna perteneciente a la rama de las llamadas terapias humanistas, creada a principios del siglo XX por Fritz Perls y su esposa Laura Posner.

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Al igual que en otras terapias humanistas, la Terapia Gestalt es un enfoque holístico de la experiencia humana. Asume la tendencia innata a la salud, la integridad y la plena realización de las potencialidades latentes, promueve la propia responsabilidad de la persona en los procesos en curso y la toma de conciencia sobre las propias necesidades y su satisfacción.

Esta terapia moviliza el pasado vivido por cada uno y establece un contacto con el presente y un intercambio favorable con el entorno. Cambia el «por qué» por el «cómo», otorgando perspectiva y orientación.

Utiliza técnicas vivenciales, el experimento y el laboratorio. Antepone la espontaneidad al control; la vivencia, a la evitación de lo molesto y doloroso; el sentir, a la racionalización; la comprensión global de los procesos, a la dicotomía de los aparentes opuestos.

Hay tres premisas que fundamentan la Gestalt como una terapia con sus aplicaciones en el campo de la Psicología Clínica.

1ª. El darse cuenta: sólo cuando el individuo se da cuenta de lo que hace y de cómo lo hace podrá cambiar su conducta.

2ª. La homeostasis: proceso mediante el cual el organismo interactúa con el ambiente para mantener el equilibrio.

3ª. El contacto: es imprescindible para el crecimiento y el desarrollo del ser humano.

Otro aspecto fundamental en la Psicoterapia Gestalt es el del desarrollo de la creatividad, necesario tanto para la práctica y aplicación de la terapia, como para el paciente que amplia sus capacidades creativas a través del proceso. Es por ello que emplea como herramientas terapéuticas el dibujo, los cuentos, la música  el movimiento corporal, la meditación, o el teatro como medios facilitadores para que la persona alcance su «darse cuenta».

La terapia gestáltica en definitiva parte de la idea de “no investigar el origen del sufrimiento ni recomendar conductas para sortear ese sufrimiento. Más bien, la tarea se centra en establecer qué le está pasando a la persona que realiza una consulta y para qué está en esa situación“.

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